Volantes racing personalizados

El día que un piloto decidió que su volante tenía que adaptarse a él… y no al revés.

Nos pilló trabajando.

Siempre digo lo mismo cuando me preguntan por qué hacemos volantes racing personalizados: no fue idea nuestra.

Fue idea de un piloto. Y también de varios más que llegaron después, cada uno con su historia y sus manías.

Además, todos coincidían en una cosa: lo que buscaban no existía en el mercado.

El primero era un piloto de circuito que entrenaba con su kart, pero llevaba meses repitiendo lo mismo:

— “Ino, lo que yo necesito no existe. Los volantes de kart son demasiado básicos. Nada que ver con lo que llevo en mi barqueta. Van bien para hacer físico y para destrozarte las manos… pero para ‘pilotar’, lo que se dice pilotar…”

En realidad, su problema también era el presupuesto: el volante que él imaginaba costaba casi más que medio kart.

Además, quería el mismo diámetro que su coche, grips desmontables y un volante que le dejara fardar un poco.

A partir de ahí empezaron a llegar otros casos parecidos:
— un piloto amateur fabricándose su propio coche de montaña (un personaje… ya lo veréis cuando pueda enseñarlo),
— aquel grupo de aspirantes a ingenieros de F1 que quería algo a prueba de cafres,
— y BRC, que nos pidió adaptar un display de moto GSXR dentro del volante de un hillclimb.

Cada proyecto distinto.

Cada cliente con una necesidad particular.

Pero todos llegaban con la misma frase disfrazada de distintas maneras:

“El mercado ofrece volantes premium donde la personalización real vuela bajo y el precio vuela alto.”

Así que lo hicimos nosotros: volantes racing personalizados que se adaptan al piloto y no al revés.


Justo por eso, hoy fabricamos volantes con:
— diámetros D300, D320 y D340,
— grips desmontables y lavables (diseño propio, tacto optimizado para cockpit cerrado o abierto),
— compatibilidad con MyChron5, Alfano, Unipro, Solo2, MXS… whatever,
— botoneras, cableados y sistemas de conexión rápida fabricados por un centro especial de empleo en Asturias,
— estética personalizada por artistas de verdad (aerografía, nada de vinilos baratos),
— y entregas que van de 48 h (karting en stock) a 2–3 semanas para lo más bestia.

No somos artesanos románticos.

Somos ingenieros que fabrican a mano porque es la forma más directa de dar al piloto exactamente lo que quiere sin perder calidad ni mandar el precio a la estratosfera.


La ventaja: Volantes únicos desde 399 €, en un sector donde “lo normal” despega en 2.500 €… con menos personalización.


Garantías de verdad
— pilotos que entrenan con ellos cada semana y nos envían fotos después de cada carrera,
— equipos que repiten pedido,
— y proyectos OEM donde usamos la misma arquitectura que usamos para clientes tan locos como nosotros

(el TRAKTORK para Guilera es solo un ejemplo).


Si quieres lo mismo que todos, hay mil opciones, pero si quieres algo que se adapte a ti, ya sabes dónde llamar.

Knock knock, knocking on heaven’s dooooorrr…

👉 Configura el tuyo aquí.